miércoles, 5 de febrero de 2014

lA RoPa Y yO

Llevo ya varios meses sin comprar ropa (miento, en Navidad me compré un vestido por 35€ porque lo quería para bailar Swing, pero sin contar eso puedo decir que varios meses, sí)

El caso es que me propuse hace tiempo no consumir en este sector por las posibilidades que había de hacerlo de otra manera, y me siento muy contenta de los resultados. 
Empecé hace cuatro años yendo al mercadillo del trueque que organizaban el segundo sábado de cada mes en Parque de las Avenidas.
Almudena y yo comenzamos a ir llevando nuestra manta con todo aquello que ya no usábamos e intentándolo intercambiar por cosas que otra gente llevaba. Nos volvimos asíduas, y era divertido intercambiar, ver cómo el valor de las cosas es lo que tu le des, no el que una tiendas o marcas le ponen, y observar a los niños que llevaban sus juguetes para intercambiar. La ropa era uno de los productos estrella. Había gente que sólo ponía ropa en sus mantas, queriendo renovar su vestuario.

Después conocimos las tiendas de truque que abrieron en Madrid. Adelita, en la calle Arenal pero que ya cerro, y Abrete Sésamo en Noviciado 9. Es en esta última donde más cosas he intercambiado. Con mi tarjeta de puntos, que es el sistema que utilizan, he ido llevándome bolsos, zapatos, vestidos, corbatas, jerséis. A veces decía en casa: Necesito tal o cual. Y por la tarde me presentaba allí a ver si lo encontraba.

Otra de mis fuentes de suministro de ropa fueron mis amigas. Si iban a dar ropa, antes me llamaban, miraban las bolsas con cosas y me quedaba con lo que me gustaba. Igual hacía yo, antes de llevar las cosas al trueque alguna de ellas husmeaba primero por si quería algo, y ahora ver a alguna con cosas mías me hace ilusión. Incluso una vez hicimos una reunión en casa de una de ellas para intercambiar ropa, llevando cada una lo que no nos poníamos. Y ahora me encanta abrir mi armario y coger la ropa diciendo: esto es de tal, esto de cual.

Así que aquí os dejo unos ejemplos de la ropa que me pongo, para que veáis de donde viene :



 



























Hace un año y pico me apunté a un curso de reciclaje de ropa. Fue un mes entero y tuve la suerte de tener al profe sólo para mí. Convertimos una falta en vestido, una camisa de mi padre en camiseta de tirantes, arreglamos una camiseta que no me gustaba la forma y  reconstruimos un pantalón medio roto.






Después de eso he seguido yo haciendo algunas cosas. Heredé una máquina de coser, y convertí una camisa de manga corta que me dio mi prima, en una de manga corta. Un vestido en un jersey, arreglé una mochila y tengo más cosas pendientes.










Mi última transformación: unos calcetines convertidos en guantes, bueno mitones.











Claro que de vez en cuando me viene a la cabeza cosas como: quiero una falda vaquera porque me pegaría con esto, esto o esto. O: ese vestido es precioso, voy a comprármelo. O: necesito una falda para bailar, o tal o cual. 

Pero entonces lo pienso un poco y lo dejo reposar. Realmente necesitar necesitar no necesito nada. Tengo de todo. Así que si mi cabeza se pone muy pesada me voy a alguna tienda de segunda mano, que aquí en Lisboa hay muchas, o intento mirar mi armario y hacer combinaciones que no he hecho nunca.  Al final, funciona ;)

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