Los complementos son las cosas que casi más pueblan
los cajones, armarios, encimeras. Son los regalos más socorridos y aquello a lo
que parece que siempre recurrimos.
Si miro entre lo que tengo, encuentro muchas cosas
artesanales entre mi árbol de pendientes y collares, o mi perchero:
- Broches de Helly Art
- Pendientes de Sierra Leona, o hechos por una amiga,
de Artelanew
- Bisutería y complementos de Manuel Madueño
- Bolsos y pañuelos del trueque
- Herencias de amigas
Pero también es cierto que hay muchos de los cuales
no se ni el origen ni los materiales.
Desde siempre me han hecho daño muchos pendientes,
collares me han dado algo de alergia, anillos también, o las hebillas de los cinturones.
El remedio de la laca de uñas lo he utilizado miles de veces, y siempre me
decían que era porque no toleraba las cosas que no fueran de oro o plata de verdad.
Sin embargo ahora, el artículo que pusimos el lunes me aclara muchas cosas.
El tema ecológico era algo que no me había planteado en este sector. Sí compro a pequeños artesanos para favorecer el comercio local o de segunda
mano, aquí en Lisboa donde todo esto está en
auge es un lujo, pero la verdad es que seguimos sin saber los materiales de los que están
hechos.
Algunos si los dicen, otro no. A partir de ahora voy a fijarme más en
esas cosas.
Mi opción a la hora de regalar cosas desde que empezó este proyecto ha sido hacerlas yo misma, con materiales reutilizados, y por ahora va bien. Pero es cierto que todavía me queda mucho para de verdad tener conciencia sobre el tema de los complementos, para saber más o demandar más.
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