Mi "Lo de sieMPRe"

Hasta ahora... he creido en los remedios caseros desde siempre. De pequeña mis dolores de cabeza desaparecían porque mi padre me ponía la mano en la frente durante un rato, los resfriados empezaban a prevenirse con zumos de naranja, las pastillas de levadura de cerveza y germen de trigo me esperaban cada mañana al lado del vaso del desayuno, por la noche agua caliente con miel y limón si tenía la garganta mala y vahos de sauco cuando estaba resfriada o griposa.

Obviamente yo no me di cuenta cuando era pequeña de que me curaban de forma natural, pero ahora sí. Y lo agradezco.

También hay que decir que es cierto que me daban alguna pastilla si tenía fiebre alta, pomada para alguna quemadura, supositorios... pero poco más.

Desde entonces nunca me ha gustado demasiado tomar muchos medicamentos. A veces me he negado tan en rotundo que luego he tenido que rectificar y tomarme un paracetamol cuando el dolor de cabeza era insoportable, pero la verdad es que hasta hace poco me ha ido bien.

Fue hace como dos años que empecé a ir a un acupuntor (si alguien quiere o necesita conozco uno en Madrid estupendo) y empecé a enterarme y a interesarme por la Medicina Tradicional China. A parte de charlar con mi acupuntor, me compré unos libros y pude ir investigando sobre la relación de nuestro cuerpo con los alimentos, con el estado de ánimo, de los sentimientos con los órganos y de los diferentes remedios "caseros" que solucionaban pequeñas dolencias.

Me pareció un mundo increible, poco conocido y de verdad con gran sabiduría, y poco a poco he seguido informándome sobre él.

Poco después, hablando con una amiga, me dijo que su madre era reflexóloga, y he ido varias veces a charlar con ella y que me "masajee los pies". Son experiencias que creo que hay que experimentar, porque es una manera de darnos cuenta de lo conectados que estamos y lo poco que lo sabemos.

 Poco a poco empecé a dar un cambio en mi planteamiento de las cosas, y me di cuenta de lo importante que es esa sabiduría popular, y cultural, que la sociedad actual ha hecho que olvidemos y que realmente es lo que debemos conservar. 

Por ello estoy rescatando poco a poco lo que voy pudiendo para no dejar que eso pase.

Ya tengo varios tarros con las hierbas que he ido comprando para una cosas u otra, ahora me falta ir aumentando la familia y el conocimiento. Entre ellas están: La salvia, la artemisa, el sauco, la manzanilla, la cola de caballo... 

Algunos remedios que he probado ultimamente:

- Tomo levadura de cerveza para fortalecer mi pelo, que ahora en otoño se me cae a mares!!!

- Frutos secos (almendras y avellanas, que además son las que me dan en el puesto eco que compramos en el barrio gratis) para la anemia, igual que lentejas, remolacha y espinaca.

-Me salió un afta en la boca, y con lo que duelen ya no sabía que hacer. Una amiga me dijo que me pusiera un poco de bicarbonato sodico encima, y lo hice por la noche antes de acostarme y a la mañana siguiente como nuevo. ¡Increible!

El reto... es averiguar cada vez más sobre ello.

Aquí os dejo unos cuantos enlaces de sitios que me han ido recomendando gente de la que me fio y que tienen buena pinta. Algunos los he mirado ya, otros corresponden a mi reto:

- Botonical

- En buenas manos  

- Infito

- Plantas que curan

- La herbolera

- Y Txumari Alfaro, que además es de mi tierra, aquí podemos escucharle

Y seguir informándome sobre los temas orientales. Tengo un libro por terminar en Pamplona, lo hare en Navidad, y otro por empezar.

Creo que esta es una de las fases más importantes en este camino del Impacto, por el hecho de volver a las raices, por el hecho de aprovechar la filosofía de nuestros antepasados, por acercarte a la naturaleza. Es un reto amplio, pero uno de los que más me emocionan. 

Lo conseguí...  puffff, todavía estoy empezando...