lunes, 4 de noviembre de 2013

La cOMidA qUe nOs aLimEnta, O No.






Mes nuevo, tema nuevo:  Cuerpo y salud

Y vamos a empezar por la comida, eso que ingerimos y que permiten que nuestro cuerpo funcione. 

¿Sabemos de dónde vienen los alimentos y qué contienen?

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Esto es algo que desde hace tiempo venimos hablando entre nosotras y ha ido ocupando nuestro día a día. Sabemos que la comida ya no es lo que era, que los alimentos ya no saben como antes, que hay investigaciones fiables que cuentan cómo para crear más producciones la forma de obtener los alimentos ha ido cambiando. Los químicos han pasado a ser el pan nuestro de cada día, y lo más triste es que casi ni lo sabemos.


Algunos de ellos son:


- El arsénico, que según la Dra. Ana Navas-Acien, de la Escuela de Medicina Johns Hopkins, "La exposición a altos niveles de arsénico en los alimentos o el agua elevaría el riesgo de padecer cáncer de piel, vejiga y pulmón, además de problemas cardíacos, y provocaría un mal desarrollo de los niños"

- El mercurio, que se encuentra sobre todo en los pescados y puede afectar el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso.

- Las dioxinas, que forman parte de los desechos industriales, que contaminan el agua y los suelos, y llegan a los animales de ganado y se depositan en sus cuerpos, por lo que es común encontrarlas en lácteos y carne, aunque también en aves y huevos, y segun la OMS ""una larga exposición a las dioxinas puede provocar alteraciones en el sistema inmunológico, desbalance hormonal, y problemas reproductivos" 

- Los pesticidas, tóxicos por naturaleza ya que están diseñados para matar cosas que no son buenas para las plantas. Según explica Sonya Lunder, analista de la asociación Environmental Working Group, "El problema es que permanecen en las frutas y verduras, por lo que al comerlas tomamos una dosis de pesticidas también”.

- El BPA , del que hemos hablado la semana pasada. Se encuentra en plásticos, como botellas, tuppers y también está presente en los revestimientos de las latas. Según la Dra. Laura Vandenberg, de la Universidad de Boston ,“Este compuesto elevaría el riesgo de diabetes, problemas del corazón y del hígado. Además, debido a que tiene propiedades semejantes al estrógeno, elevaría el riesgo de cáncer de mama” 
- Las hormonas. A muchos animales se les inyecta hormonas, especialmente estrógeno, para acelerar su crecimiento o, en el caso de las vacas, para aumentar la producción de leche. La Dra. Andrea Gore, de la Universidad de Texas en Austin afirma que “Estas hormonas permanecen en los alimentos pueden ser absorbidas por quien los come” y el Dr. Walter Willett, de la Universidad de Harvard asegura que “Estas hormonas extra provocarían desajustes en el sistema reproductivo provocando infertilidad; además, estarían relacionadas con un riesgo mayor de diversos tipos de cáncer, especialmente cáncer de seno y cáncer de próstata”.
-El BHA y BHT, conservantes añadidos en los aceites, comunes en la comida preparada, frita, repostería y cereales. Según la Dra. Christine Gerbstadt, de la Asociación Dietética de EE. UU. "Durante la digestión, estas sustancias se transformarían en compuestos cancerígenos difíciles de eliminar del cuerpo".
-Nitritos y nitratos de sodio, sustancias se utilizan para conservar y realzar el sabor de los embutidos, la carne salada y en conserva y las carnes ahumadas. Para la Dra. Gerbstadt, "Estas sustancias deberían ser eliminadas de la dieta a toda costa, pues durante la cocción se descomponen en compuestos reactivos altamente cancerígenos".
-Bromato de potasio sustancia altamente oxidativa que se añade a la harina para que el pan sea más esponjoso, explica el Dr. Yuji Kurokawa, del Instituto de Ciencias Higiénicas en Japón. "Este compuesto es altamente cancerígeno, y produciría tumores en los riñones y en la tiroides", asegura el Dr. Kurokawa.

Y es por esto, y por muchos informes que revelan la forma en que funciona la sociedad alimentaria actual, que creemos que hay que apostar por alimentos que estén fuera de esta cadena de producción que nos hacen creer que es lo mejor, simplemente aludiendo al tema del dinero.

¿Que es más importante, el dinero o nuestra salud?

Aquí hay varias razones, y aquí también, de por qué son mejores los alimentos biológicos, los alimentos que comían nuestros abuelos, porque eran cultivados sin químicos, y porque estaban adecuados a las estaciones y a la población.

Al consumir alimentos orgánicos se puede reducir el consumo de pesticidas hasta en un 80%, además de evitar la exposición a todas las sustancias contaminantes que hemos hablado arriba. También es importante consumir frutas y verduras frescas, evitando las que están envasadas o enlatadas, para evitar contaminantes plásticos.

Hay movimientos que propician estas formas, que ahora son alternativas, de alimentarnos, como movimiento Slow Food, creado en 1989 y con casi 100.000 socios en todo el mundo que apuesta por la diversidad alimentaria, el respeto por la naturaleza y los canales alternativos de venta de productos para pequeños productores.  

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También hay nuevas formas de organizarse en cada barrio, pueblo o zona, a través de los grupos de consumo, un grupo de personas que compra alimentos ecológicos de forma regular y conjunta directamente del agricultor o productor, desde frutas y verduras frescas, a productos de limpieza, ropa, higiene... 


Cada uno podemos elegir la forma en que nos alimentamos. Lo importante es estar informados. Como dice Rosa Solá, de Slow food Barcelona " En España vivimos la mentira de que comemos bien" . Podemos remediarlo.

¿Quién se anima?

2 comentarios:

  1. Hace tiempo que os sigo y me parece interesante lo que escribís, pero, por favor, "sobre todo" -si no estamos hablando del abrigo- se escribe separado, ¡que siempre lo veo junto!

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    1. Siiii gracias, manías que una adquiere y no hay quien las arranque ;). Corregido!

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